El sector Casa Grande del Frente Amplio sigue apostando a destinar al menos el 10% de los recursos de las instituciones públicas relacionadas al desarrollo rural en las áreas de investigación, extensión, financiamiento, y tierras, a programas de transición agroecológica, priorizando las cuencas destinadas a producción de agua potable; expansión de la oferta de alimentos de calidad y saludables para toda la población; incentivos económicos a productores que opten por la transición agroecológica, promover el bienestar animal y prohibir el maltrato y fortalecer el área de salud ambiental del Ministerio de Salud Pública.
Ayer estuvieron presentes en Mercedes Eduardo Bauzá y Mariana Achugar integrantes del denominado Círculo Verde.
La representante en Soriano, edila Bettina Piñeyro destacó la presencia de estos disertantes y remarcó que Casa Grande se define como un sector de izquierda, como un sector feminista, anti patriarcal pero también como un sector diverso, inclusivo peor sobre todo “nos definimos como verdes. Porque no nos concebimos ser de izquierda y no ser ecologista, porque hay un valor supremo que es el de preservar la vida y por esa razón es esta postura ante los agrotóxicos. Se trata de una definición ideológica, el tema del cuidado del medio ambiente”.
Bauzá es productor quesero artesanal de Ecilda Paullier integrante de la Red Nacional de Agroecología.
Explicó entre otros términos que las grandes diferencias entre los modelos agroecológicos y el convencional de producción, está en el desarrollo de un modelo que no dependa de insumos contaminantes.
Se pretende lograr “un sistema de producción que combine la observación de la naturaleza y los aportes científicos que resultan de investigaciones académicas, aplicar técnicas que permitan la recuperación de la vida de los suelos, que permitan producir alimentos sanos que legitimen el trabajo y la vida de los productores y sus familias y también la salud de los consumidores”.
Explicó que la agroecología es una fuerte apuesta a la biodiversidad basada en un sistema holístico que contempla todos los parámetros de los ciclos productivos, no solamente los resultados económicos más urgentes.
Sostuvo que el sistema contempla la sustentabilidad en el tiempo, se trata de integrar todo al sistema combinando la interacción de animales y vegetales, “sabemos que el animal es el mejor productor de fertilizantes por el efecto de los millones de bacterias que por ejemplo hay en una vaca, y una vaca de 500 kilos produce 11500 kilos de estiércol por año, con eso dejamos de comprar un insumo y fertilizamos de manera natural y sana nuestros campos”.
La realidad
Bauzá informó asimismo que en Uruguay hay unos 250 productores en todo el país certificados agroecológicamente, pertenecientes a la red de agroecología con su sistema de certificación participativa, habilitada por el Ministerio, “pero hay muchas más personas que producen sano, sobre todo en el norte del país, hay un gran emprendimiento ganadero como Marfrig en el departamento de Tacuarembó. Es un frigorífico que lleva adelante una línea de producción de carne ecológica. Es muy importante. En pequeña escala la agroecología está en Montevideo rural, la gran mayoría en Canelones, muy poco en Colonia, muy poco en San José y después hay intentos en Maldonado, Lavalleja, Rocha pero no hay zonas exclusivas. Hay pequeños productores, la mayoría, que estamos interconectados en esa red, que es un entramado bien horizontal donde participamos técnicos, productores y consumidores”.
En lo que tiene que ver con la respuesta del mercado a la oferta de los productos agroecológicos, dijo que “está creciendo; la última encuesta en Montevideo dejó ver que casi se ha triplicado la demanda sobre la oferta. Ello significa que el consumidor está cambiando sus hábitos, valora la calidad de los alimentos.
Cada día se comprueban las consecuencias por el consumo de transgénicos”.
Aseguró que en el último año se aplicaron 26.500.000 litros de productos, de los cuales 15 millones fueron glifosato de acuerdo a los datos del Ministerio de Ganadería”.
Añadió que “el mercado ha valorado que por ejemplo una espinaca producida agroecológicamente puede tener 1.938 mini equivalentes de hierro por cada 100 gramos mientras que la convencional tiene 1 cada 100 gramos, el maíz transgénico tiene 14 partes por millón de calcio y el maíz orgánico tiene 6.130 partes por millón, pero el maíz transgénico también tiene 13 partes de glifosato y 200 partes de formaldehidos por millón y el maíz natural tiene 0 parte de ambas, eso es lo que comemos y de manera perversa se oculta esa información a los consumidores”, subrayó.
Mostró su satisfacción porque “más vale tarde que nunca”, el martes se estaría votando en el parlamento el plan nacional agroecología y esto “va a ser una nueva ventana hacia ese nuevo horizonte que pretendemos se vea”, concluyó.
La agroecología se presenta hoy, pues, como la solución para lograr un sistema alimentario más saludable y sostenible con el decisivo auxilio de la agricultura familiar y pequeños productores.
Se trata en realidad de una disciplina que abarca en toda su dimensión la protección del medio ambiente, la salud, la nutrición, el clima y hasta la vida misma del planeta, apunta el organismo especializado de ONU.
Al combinar conocimientos tradicionales y científicos, ella impone enfoques ecológicos y sociales a los sistemas agrícolas, con una mayor y más provechosa interacción entre las plantas, los animales, los seres humanos y el medio ambiente.